"Por un clavo se pierde la
herradura; por la herradura, un caballo; por el caballo, un jinete; por el
jinete, un reino".
Este profundo proverbio español nos muestra las cadenas
que trae consigo el meter la pata en un determinado punto de un proceso productivo
o de vida, momento en el cual, quien la embarra, no tiene a veces ni la menor
idea de lo que un error suyo puede significar.
"Agárrese de la brocha que me
llevo la escalera" le dice el ayudante al pintor de casas, pensando quizás
que este elemento de pintura pende de algún cable que soporte suficientemente
los dos pesos desde arriba. Es un chiste, pero que en el presente tiene mucho
que ver con lo que a ratos sucede.
Somos una especie de engranaje el
que empata con otro para generar la fuerza necesaria para adelantar una
actividad y, si esto no se hace con precisión, este paso, no sólo quedará
afectado, sino también lo estarán todos aquellos que dé él se deriven.
De lo anterior bien puede concluirse
que, como no estamos solos en este mundo ni somos únicos, es importante tener
en cuenta las consecuencias que nuestros actos puedan generar, antes de
emprender aventuras poco reales.
Miami, Abril 8 de 2015
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