Para qué gastar energía
con el odio?
El
odio es quizás uno de los venenos más efectivos y poderosos que existen para
acabar con las personas solo que quienes lo experimentan a quien más daño les
hace es hacia ellos mismos puesto que se
carga con ese lastre a las espaldas sin poderlo quitar de encima y la verdad es
que este pesa mucho más de lo que se imagina.
Como
dice el principio físico “La energía no se crea ni se destruye, simplemente se
transforma”, lo cual lleva al corolario de que, si esta se posee, para que
malgastarla en algo tan primitivo como el odio. La rabia, y la ira existen y es
normal sentirlas. El transformarlas sin embargo en emociones nocivas de odio,
resentimiento, o venganza, no vale la pena, a menos que al individuo le guste
vivir continuamente con el sufrimiento que tal hiel encarna.
El
perdón es la palabra mágica para solucionar este problema, el cual empieza con
no desearle mal, ni odiar, a quien nos ha hecho daño, así este sea real o
imaginario, proceso que arranca incluso por perdonarnos a nosotros mismos por
lo que está pasando en nuestro interior, para posteriormente proceder a pedir
mental o verbalmente por el bien del otro. Esto generará una gran sanación y
alivio interiores los cuales son para uno como un talismán de paz sin que ello se oponga a que si la
ofensa trae consigo otras consecuencias derivadas, por ejemplo de tipo legal o
económico, o más, el proceso sea detenido puesto que a la justicia divina y
humana hay que darle todo el espacio para que actué en los distintos aspectos y
escenarios de la vida.
Miami,
Noviembre 1 de 2014
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