Por: Ricardo Tribín Acosta
Que miedo le tenemos a las transacciones bancarias, verdad? Y eso
de donde proviene? De algo muy sencillo y ello tiene que ver con la actitud
" leonina" de un no reducido número de establecimientos financieros
quienes no pierden oportunidad para "clavar" al cliente con cuanto
gasto se les ocurre, olvidando que la utilidad no está tanto en tal cantidad de
pequeñeces que ensombrecen su servicio, sino en transacciones repetitivas e
incrementales derivadas del progreso de las partes en transacción.
Conocí hace unos años a banqueros que apodaban " plumillas
" por su permanente negativa a aprobar los créditos que les solicitaban.
Hoy tales funcionarios han sido substituido por fríos computadores que miran
más que nada a la parte financiera, dejando a un lado quizás el aspecto más
importante en la composición del patrimonio cual es el componente humano , y de
ahí que las frías decisiones de decir que no tarden en ocasiones no más allá de
un simple minuto.
Sr. Gerente le pregunta el cliente a su oficial de cuenta, Ud.
cree que mi préstamo saldrá aprobado? Ni que yo fuera adivino, le contesta el
otro, sin comprometerse para nada en la decisión. Por ello la acción humana se
convierte prácticamente en un simple "cheque cancelado" que implica
que el parroquiano vuelva y aplique para el crédito en algunos meses más cuando
de pronto las cosas quizás le sonreirán mejor.
Miami, Septiembre 16 de 2015
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