Como extraño esto en la era actual, verdad? Si y no, diría el maese Pedro, ya que en la vida en más de una ocasión resulta lo que no se espera como lo expresara José Manuel Marroquín en su célebre obra “La perrilla”, excelente exponente de la literatura latinoamericana.
Lo que voy a narrar es real y lo experimente en persona. Resulta ser que estábamos reunidos un grupo de amigos cuando al lugar llego una de las integrantes con una cara muy triste y llorando a mares pues acaba de ser despedida de su trabajo con el argumento de que estaban en reorganización y que por tanto, pese a ser una muy buena empleada y que la querían mucho, les tocaba dejarla ir.
La dama no estaba asustada, no!!. Lo que estaba era aterrada, pues le asaltaba una de las más grandes incertidumbres que agobian al ser humano cual es la de la inseguridad económica y estaba literalmente muerta de miedo pues no sabía cómo iba a atender las necesidades de su casa y sobre todo las de sus hijos. Era sin embargo una persona de Fe y de profundas convicciones espirituales. Terminada su historia, al final del encuentro, una de las asistentes la miro sonriendo y le dijo “no te preocupes, que precisamente en este momento tengo algo para ti”.
Dios aprieta pero no “estripa”, dice el antiguo refrán, y por ello podemos estar seguros que, cuando una puerta se cierra El nos abrirá otra, solo bajo una muy sencilla condición cual es la de no desesperarnos y tener Fe, aceptando que todo en la vida sucede por un motivo y que por tanto el Orden Divino en cualquier ocasión tendrá algo para nosotros, siempre y cuando creamos en El y sobretodo le creamos a Él.
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