Como se complementan la oración y la meditación
Buen punto, verdad? Es algo de lo que poco se habla y a la vez se escudriña el asunto con frecuencia en forma mínima. Parece que tocar el tema nos diera vergüenza, cuando quizás lo más concurrente es que nos generara satisfacción, pues su aplicación trae consigo muchas soluciones a los problemas de la vida los cuales pueden tratarse perfectamente desde una marco espiritual y no necesariamente religioso.
En la oración se hace la pregunta o petición por parte del interesado, no en un repetir sino más bien en un dialogar. En la meditación se escucha la respuesta. Logrado ello, este resulta ser el momento en que empezamos a ver la verdad, la justicia, y amar, tal y como debe ser en lo real y eterno de la vida, ya que no estaremos más preocupados por la aparente evidencia que nos rodea en los asuntos puramente humanos.
Por lo anterior se concluye que orar es hablarle a Dios y meditar es recibir la respuesta de Él, dentro de un proceso en el que la serenidad de mente será el primero de los productos del esquema el cual, a medida que pasan las vivencias, tendrá beneficios adicionales.
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