Por: Ricardo Tribín Acosta
“Allá arriba en aquel alto hay un pozo de agua…clara”. Así decía mi padre cuando saludaba a su sobrina de igual nombre, utilizando su jovial “calambour” bogotano plagado de excelente humor, con una chispa agradable con la que adornaba su magnífico manejo del español.
Basados en el nombre de mi prima Clara, me sumo a la importancia de vivir en la luz puesto que, habiendo estado en ella gozando de los parabienes de tan grato estado, el retroceder hacia la oscuridad se siente incómodo y genera en un alto número de ocurrencias, situaciones que nada bueno nos conllevan.
Por ello es preciso evitar todos aquellos movimientos que nos conduzcan de la paz al conflicto; del amor al resentimiento; y de la tranquilidad a la lujuria, ya que la ocurrencia de hábitos y acciones negativas solo traen malestar e incomodidad, lo cual implica la necesidad de vivir centrados en lo bueno en cuanto nos sea posible.
Miami, Junio 24 de 2015
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