Esperanza ante la
desesperación
Hay
momentos en la vida de una persona que se presentan tan difíciles que parece
que no se ve por donde salir. Se intenta, o no se intenta, se encierra en el
miedo, se enconcha en la tragedia pero, como la cadena de una bicicleta que se
ha soltado, por más que se pedalee, los resultados no se miran por parte
alguna. En esos momentos, lo que parece ser una gran tragedia, podría
convertirse en la gran solución, sin que en no pocos casos el afectado se
imagine tan siquiera que está llegando a ella.
Tal
estado de desesperanza frente a la vida ante la desesperación que se
experimenta, puede convertirse en el gran elixir de victoria al que se puede
llegar. Cito el caso de una señora, a quien mucho admiro y quiero, la que
estando joven enviudó, quedándose tan solo con una pequeña finca la cual,
además de no saber al principio como manejar, la absorbían las deudas de una
manera significativa.
De
por medio existían tres pequeños hijos que no había mas remedio que sacarlos
adelante en la vida y, pese a cualquier pronóstico, ella tomó fuerzas de donde
no se imaginaba y, no solo prosperó con su tierra, sino que logró educarlos en
forma excepcional haciendo con ello que se formaran tres personas de mucho
valor para la sociedad. Ante esta realidad incuestionable no puedo menos que
aceptar que la mano de Dios aparece cuando uno menos la espera y es de allí,
con mucha fe, pero también con un decidido trabajo, como las cosas saldrán
adelante.
Miami,
Septiembre 16 de 2014
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