Así decía El Chapulin Colorado cuando se
encontraba en una situación complicada y todos nos reíamos, pues nos parecía
una frase simpática la cual, traducida al lenguaje normal, seria “Que no cunda
el pánico”. Pero en fin, el buen humor que Roberto Gómez Bolaños le imprimía
siempre a sus personajes, nos hacia reír a carcajadas aunque, a la misma manera
que usaba Mario Moreno “Cantinflas”, siempre dejaba un mensaje profundo en sus
palabras.
Ello también podría ampliarse buscando el
aserto que propende por día a día vivir cada vez más calmados, pacientes y
tolerantes, en nuestros diferentes asuntos, de manera tal que, como expresara
Teresa de Ávila “ Nada me turbe, nada me espante; Dios no se muda; la paciencia
todo lo alcanza; quien a Dios, tiene nada le falta; solo Dios basta”. Teresa,
quien fue un personaje de profunda fe, entendía como hoy lo hace el gran
motivador espiritual Joel Osteen, que cuando andamos de la mano de nuestro
Creador las cosas saldrán adelante sin mayores sobresaltos.
Entonces la meta será el no dejar que las
emociones se nos alteren, pase lo que pase ya que, si estamos como caballo brioso,
brincando de un lado a otro para calmarlas, lo único que estaremos logrando
será el agregar mayor estrés a lo que vivimos, cuando lo ideal para afrontar
las cosas será el hacerlo de manera ponderada y dentro del mejor nivel de
equilibrio emocional y mental.
Miami, Mayo 17 de 2014
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